
Un sábado por la noche, después de aber tenido las bolas en compota toda la semana, me fuí de putas. Agarré el Uno putañero, y aparecí en Sunset.
Ahi estaba el más grande, ese al que los ingleses putean y los brazucas trolos se bajan los pantalones cuando lo ven.
Yo también me mee cuando lo vi. Pero como estaba a cien, lo encaré como haría él en sus mejores epocas en el Napoli.
Pasó la noche, los gatos iban y venían, y asta me regaló su camiseta, que a pesar de estar toda chivada, me puse con gusto. Me dieron ganas de bultearlo, aunque varias modelos famosas estaban ahí cerca. Es que era el Diego, carajo!!!
Como siempre digo, más vale que el Diego te la ponga, antes que darle a Luciana Salazar o la que venga. Todo por el Dié! (Asta los cantos)
Me desperté el domingo a las 5 PM, con yuyos en el culo y las rodillas peladas.
Tuve que volver caminando, porque todavía no me acuerdo donde mierda dejé al Uno.
El doctor me arregló como pudo las cachas, pero igualmente no puedo estar mucho tiempo sentado, así que cierro acá, porque me tengo que levantar un rato para ir a ponerlo entre algodones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario